3,2,1 Niños a la calle

Desconfinamiento niños montse g bezanilla psicologo Torrelavega
Abr 25 2020

3,2,1 Niños a la calle

Parece que por fin los niños y niñas menores de 14 años van a poder salir a la calle. ¡¡¡¡Bieeeennn!!!!

Ese rato tiene que ser un momento para desfogarse y disfrutar, correr, saltar, gritar…. y por tanto todos deberíais estar lo más relajados posible, pero quizá para ello se requiere un poco de preparación.

Cada niño es un mundo, cada edad tiene sus propias implicaciones y no se puede generalizar, pero hay una serie  de cuestiones que quizá puede ser útiles en esa vuelta a la calle.

 

ANTES DE SALIR

Los niños no tienen la misma capacidad que los adultos para expresar que sufren pero eso no significa que no lo estén pasando mal.

En unos casos puede decirlo abiertamente. En otros no lo dicen pero se pueden observar alteraciones en su comportamiento (mayor inquietud, berrinches, peleas, evitación de ciertas situaciones…) Puede que se manifieste de forma menos directa,  por ejemplo somatizando con dolores de barriga,  problemas de sueño, etc.

Conviene facilitar que expresen cómo se sienten al respecto, escuchándoles, poniendo nombre a sus emociones, validándolas,  recogiéndolas y tratando de responder de manera que les ayudéis a manejarlas.

 

Miedo, reacción normal

Una reacción absolutamente normal es el miedo. También los adultos lo tenemos. Durante todo este tiempo les hemos hablado del coronavirus como un monstruo muy malo que está ahí afuera, tan peligroso que casi nadie puede salir a la calle, ni papá ni mamá… Es esperable que estén asustados.

Para manejar este miedo conviene que tener en cuenta algunas consideraciones.

La primera es que aunque no nos gusta sentirlo, el miedo, no es malo, al contrario nos ayuda a protegernos del peligro. Va a hacer que tengamos más cuidado para no contagiarnos.

No olvidéis que en los niños las señales de que tiene miedo son variadas, puede que no diga que lo tiene pero no quiera salir a la calle, o le duela la tripa, o esté muy inquieto, etc.

Por otro lado, tenemos que tener en cuenta que el miedo es algo emocional y por tanto no es algo que sientes a voluntad. De modo que no sirve de nada que digamos a un niño simplemente que no lo tenga, eso lo único que hace es culpabilizarlo. Es necesario que le ayudemos a que sea manejable, es decir, que aunque lo tenga, sea controlable, y por tanto no impida que pueda afrontar la situación y jugar y disfrutar del momento.

¿Cómo?

Si observamos alguna señal de miedo en un niño, es necesario aceptarlo y hacerle sentir comprendido y apoyado, es decir, empatizar con él. No lo culpes ni  esperes que deje de sentirlo sin más. Ayúdale a que ponga palabras a eso que siente. Hazle ver que es normal tener un poco de miedo, que tú también lo tienes y trata de ayudarle a encontrar sus propias estrategias para sobrellevarlo. Por ejemplo conseguir tranquilizarse un poco pensando que si tenemos cuidado y seguimos las reglas, no va a pasar nada malo.

 

Reglas pocas, claras y concretas

Es importante hacerles entender ¡¡¡sin asustarles!!! que aunque van a salir a la calle, no pueden comportarse como antes, sino que tenemos que hacer algunas cosas de otra forma. Tendremos que explicarles cómo esperamos que se comporten, dándoles ciertas reglas que tienen que cumplir.

Esas reglas deberán estar claras para todos y deberían ser pocas, concretas y claras. Habrá que explicárselas a cada uno de la forma en que lo puedan entender, adaptándonos a su edad y a su lenguaje y aclarar sus dudas. Conviene asegurarse de que lo han entendido.

 

Prepararles para lo que van a encontrarse

Otra cuestión importante antes de salir es prepararles para lo que van a encontrar. La calle ahora es muy diferente de como era antes del confinamiento, las calles tan vacías, todo está cerrado, la gente lleva mascarillas y guantes, van de uno en uno, incluso los sonidos son otros.  Al principio eso les puede generar una sensación de extrañeza.

 

DURANTE LA SALIDA

El objetivo es disfrutar de un rato de esparcimiento, por lo tanto, tranquilidad aunque haya que cuidar de la seguridad y ser prudentes.

Es normal que sobre todo el primer día, estemos nerviosos todos, también los adultos, pero tenemos que trata de mantener la calma, pues de lo contrario se lo vamos a trasmitir a ellos.

Una vez en la calle es importante que los adultos estéis atentos a sus emociones, si están asustados, inseguros, etc. En ese caso, debéis hacerles sentir seguros y ayudarles a afrontando esas emociones.  Habrá que estar junto a ellos si lo necesitan, y no forzarles si no están preparados, o exponerles gradualmente si vemos que es posible, por ejemplo estando poco tiempo, no alejándose de casa, cogiéndoles de la mano, etc.

 

A LA VUELTA

Cuando volvamos a casa, sería bueno que les observéis y facilitéis que expresen cómo se han sentido, aunque de forma sutil, sin atosigarles a preguntas. Pueden expresarlo a través de juegos, dibujos, etc.

Recordad que con frecuencia los niños y niñas, manifiestan el malestar de forma indirecta, a través de su cuerpo como dolores o alteraciones del sueño, la alimentación o del control de esfínteres. También a veces de alteraciones en su comportamiento.

Si detectáis cualquier malestar, conviene que tratéis de entender qué les sucede para poder ayudarles a afrontar el miedo poco a poco.

Si ese malestar persiste, quizá convenga que consultéis con un profesional.

Y ahora,

¡¡¡¡¡¡¡ A DISFRUTAR DEL MOMENTO!!!!!!!!!!

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