Terapias
Terapias: INFANCIA
“Cuando acudir al Psicólogo”
Los niños y niñas, al igual que los adultos, pueden sentir malestar psíquico. Pero ellos, especialmente los más pequeños, no tienen capacidad de expresarlo con palabras. Sin embargo sí existen ciertas señales que nos avisan de que algo puede estar sucediéndoles.
Se debe interpretar como señal de aviso, todos aquellos comportamientos o actitudes que nos generen extrañeza porque no sean propias de su grupo de edad o porque nos parecen fuera de lo habitual. También las excesivas quejas somáticas o las dificultades de sueño, alimentación o control de esfínteres, las dificultades de aprendizaje, de comunicación y relación.
Es crucial estar atentos a estas primeras señales. Cuanto antes se detecte, mejor ya que además del sufrimiento que generan en el niño, pueden afectar a su desarrollo. Ante la duda, es conveniente acudir a un especialista en psicología infantil, que tras realizar una evaluación, nos aconsejará.
TERAPIA
En el caso de los niños y niñas, la terapia se realiza fundamentalmente a través del juego ya que es su forma natural de expresar y de elaborar sus vivencias sobre el mundo, las relaciones, la realidad, las emociones y los diferentes roles.
El objetivo es facilitar la expresión de su mundo interior y despertar capacidades y potenciales que le permitan gestionar sus dificultades, generar nuevos modos de afrontamiento y favorezcan su desarrollo global.
La terapia se adapta totalmente a cada niño de modo que la duración y la frecuencia de las sesiones dependerán de sus características individuales y del momento del proceso terapéutico en que estemos, pudiendo ser como máximo 45 minutos, siendo lo mínimo una sesión semanal.
Asesoramiento psicológico a MADRES y PADRES (tutores):
Puede que baste con trabajar con los padres para que optimicen sus propios recursos para ayudar a su hijo. En cada caso se determina el modo más adecuado.
Adolescentes
Terapias: ADOLESCENCIA
“Cuando acudir al Psicólogo”
La adolescencia es un periodo especialmente difícil porque la persona experimenta profundos cambios no solo físicos, sino a nivel psíquico y social, siendo natural que se sienta muy desconcertado y tenga vivencias contradictorias y difíciles de entender, incluso para sí mismo.
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En algunas ocasiones puede ser excesivamente complicado y puede existir un gran malestar que se manifieste desde comportamientos y actitudes que generan problemas con su entorno como: oposicionismo excesivo, conductas agresivas incluso contra sí mismo, o excesivo aislamiento o apatía, hasta alteraciones significativas del sueño o la alimentación.
Si existen dudas, es conveniente acudir a un profesional especializado que podrá discernir si son cuestiones pasajeras o algo más grave que es necesario tratar.
Para los adolescentes puede ser muy delicado acudir a un psicólogo. Sin embargo, nuestro objetivo va a ser siempre ayudarle a sentirse mejor y a transitar por esta etapa de su vida de la mejor forma para sí mismo.
El psicólogo hablará con él o ella, realizará una evaluación y le propondrá la intervención más adecuada para su caso. También recogerá información de los padres mediante alguna entrevista y les planteará sus conclusiones tras la evaluación. La intervención se realizará si tanto padres como hijo, están de acuerdo.
TERAPIA
La terapia con adolescentes es muy similar a la de adultos, se realiza de manera individual, mediante diálogo, en sesiones de unos 45 minutos y con una frecuencia de al menos una sesión a la semana.
El objetivo es facilitar al joven un espacio confidencial en el que pueda hablar con libertad sobre sí mismo, sus relaciones, sus pensamientos y sentimientos, sus conductas y darse cuenta de lo que le está sucediendo, comprenderlo y encontrar formas de manejarlo mejor.
Simultáneamente, el psicólogo tendrá contactos esporádicos con los padres para que puedan entender por lo que su hija o hijo está pasando y cómo apoyarle en ese proceso.
Adultos
Terapias: ADULTOS
“Cuando acudir al Psicólogo”
Cuando experimentamos malestar psíquico sin que aparentemente exista ningún motivo externo, ciertas circunstancias nos resultan excesivamente difíciles de afrontar o el malestar es excesivamente intenso para esa circunstancia, o perdura demasiado o interfiere en su vida y no nos permite adaptarnos a la realidad del día a día, es cuando se convierte en un problema digno de consulta profesional.
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El malestar psíquico puede expresarse en forma de una sensación interna, emoción o pensamiento indeseado, un comportamiento que no nos agrada e incluso una sensación corporal desagradable.
El psicólogo nos escuchará, realizará una evaluación y nos recomendará lo más conveniente, sin compromiso.
TERAPIA
Nuestro funcionamiento psíquico está influido por muchos factores que desconocemos. Si queremos cambiar algo de nuestro funcionamiento es necesario darnos cuenta de lo que le influye y comprenderlo a través de un proceso de toma de conciencia, en un espacio seguro, acompañado por un profesional especializado. Ser consciente e integrarlo nos proporciona una mayor lucidez y mayor dominio sobre nosotros mismos. Además en el proceso incrementamos nuestro autoconocimiento y autoestima, nuestra capacidad introspectiva y de comunicación emocional y mejoramos nuestros patrones de relación.
En los adultos, este proceso se hace a través de la palabra, en sesiones individuales de unos 50 minutos, con una frecuencia de 1 o 2 sesiones semanales.
Cada persona es diferente y por ello cada terapia tiene su propia evolución y duración, aunque los efectos se experimentan progresivamente, antes de finalizar el proceso terapéutico.
