Desmontando la adolescencia 2: ¿Quien eres y qué has hecho con mi hijo/a?

adolescencia problemas familia
May 01 2022

Desmontando la adolescencia 2: ¿Quien eres y qué has hecho con mi hijo/a?

La adolescencia es un PROCESO DE TRANSFORMACIÓN. Como ocurre en otros procesos naturales, los cambios son paulatinos, llevan su tiempo, no son a ritmo constante, hay progresos, parones, e incluso momentos ocasionales de retroceso.

Es además un proceso complejo que incluye cambios de muchos tipos, en distintas facetas del joven, que no se producen todos a la vez, ni a una misma velocidad. Por eso puede ser maduro para unas cosas y actuar de forma muy infantil en otras.

Adolescencia, personas en transformación

Todos tenemos claro que se producen grandes trasformaciones corporales, muchas de ellas muy rápidas. El joven tiene que adaptarse a un cuerpo cambiante, que puede resultarle extraño. Y que tiene que aprender a controlar. Un cuerpo que tiene nuevas capacidades, nuevas sensaciones y reacciones. Estas a veces resultan desconcertantes, excesivas y difíciles de regular e incluso le desbordan. Un cuerpo  quizá alejado de lo que desearía y que también tiene que aprender a aceptar.

Pero no solo hay trasformaciones físicas, también hay enormes trasformaciones psíquicas. Se producen grandes cambios a nivel intelectual y emocional que también requieren reajustes y pueden generar sentimientos de confusión e inseguridad. Se reflejarán en sus actitudes, en sus reacciones, en sus conductas, su forma de relacionarse, sus intereses…

Padres en transformación

Ese cambio no es es vivido solo por él. Quienes le rodeamos también tenemos que hacer un proceso de cambio en la idea que tenemos de él, tenemos que ir dejando de verle como el niño/niña que era y comenzar a verle como el joven en proceso de cambio que empieza a ser. Y en consecuencia a tratarle de otro modo. Como la adolescencia dura varios años, los cambios van a sucederse uno tras otro, de modo que nuestra manera de tratarle también va a tener que ir evolucionando para ir ajustándose a lo que sea necesario en cada momento.

Esto es especialmente importante en el caso de su padre y su madre. Ellos tienen que afrontar esos cambios y posicionarse ante ese nuevo joven. Y es un proceso que no es tan fácil como parece. Requiere cambiar actitudes, puntos de vista… Y provoca emociones encontradas en los padres. Conviene ser conscientes de ellas para que no interfieran en ese proceso de desarrollo del adolescente.

¿Quien eres?

Los padres pueden sentir extrañeza e incluso angustia ante tanta inestabilidad y confusión. A veces tienen la sensación de no reconocer a ese joven en el que se está trasformando aquel niño o niña.  No saben a qué atenerse ante esa persona cambiante y no saben cómo actuar, lo que antes funcionaba, ya no. Esa angustia es natural en cierta medida, y si es asumida como parte natural del proceso, será más fácil de tolerar y de manejar, evitando que nos lleve a tomar actitudes o decisiones equivocadas.

Lo mismo que el joven tiene que ir aceptando quien es, los padres también han de hacerlo.  Esto a veces no es fácil tampoco y puede generar en los padres sentimientos difíciles de manejar. En algunos casos es muy difícil  aceptar y respetar ciertos aspectos de su hijo/a que no les agradan. A veces puede realmente haber ciertos funcionamientos que resultan objetivamente preocupantes o intolerables y que han de tratar de ser corregidos. Si se convierten en algo frecuente tal vez tengan su origen en alguna dificultad a nivel psíquico, por lo que lo más conveniente quizá sea consultar con un profesional de la Salud Mental.

En conclusión, la adolescencia es un proceso de transformación no solo de los chavales. Los padres y madres tienen que ir ajustándose a esa nueva persona en la que se está convirtiendo su hijo/a.

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